Sigo buscando tu olor al otro lado de mi cama
que se quedó gélida y vacía la noche que te perdí
en el umbral de un día que no he podido olvidar,
tu adiós se llevó la sonrisa de mi boca,
dejándome lleno del amor que no supe darte.
Te perdí bajo la locura silenciosa de mis palabras
que no salieron a tu encuentro
y el dolor pasivo de mi alma que engaña a mi corazón
con la promesa de tu regreso.
Hoy todavía te sigo esperando
y me pregunto con amargura que hubiera pasado
si en el momento de tu partida
me hubiera estrechado en tus brazos
diciéndote lo mucho que te amaba.
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